SORDERA
Un estruendo proveniente del centro de la tierra aturdió a todo el planeta al grado de que cegó los oídos de los hombres. La población tuvo que aprender a escuchar atreves de los ojos como en alguna ocasión el gran Zaratustra se cuestiona ¿cuándo pasara? Este suceso solo se compara con el diluvio, el ensayo sobre la ceguera, entre otros.
El gran ruido turbio momentáneamente el descanso de la población que dormía en Europa estos hicieron caso omiso, siguieron recostados sobre sus almohadas, en América se vio interrumpido el tráfico vehicular, los conductores seguían con su destino provocando accidentes fatales desconocían lo que realmente pasaba. Las personas cruzaban las calles sin fijarse hacia los lados y los automovilistas sonaban su claxon mientras atropellaban a los despistados. Tan solo pensemos que pasaría si el mundo ya no volviera a escuchar ningún sonido.
Los falsos profetas tomaron esta ocasión para proclamar que era un castigo divino, los intelectuales buscaban una explicación científica, los ecologistas señalaban que el suceso era una reacción de la gran contaminación pero el gran problema es que nadie los podía escuchar y nadie los escuchaban cuando podían ¡Qué ironía! El suceso había hecho eco en las conciencia de algunas personas que buscaban una explicación, se tardaron algunos días para que los noticieros empezaron a darle oportunidad a los reporteros gráficos, la meca del cine empezaba a subtitular todas sus películas y de esta manera poco a poco iban resolviendo algunos problemas.
Ahora las personas tenían más cuidado cuando cruzaban las calles se fijaban en todo momento lo que estaba pasando, modificaron algunos de sus hábitos pero ya nada era igual, el lenguaje universal de la música ya no se disfrutaba, los mimos eran las personas que más se adaptaban a la sociedad, parte de la población empezaba a tomar clases de mímica, se veía a gente con pizarrones chicos por la calles para expresar lo que sentían, todos tuvieron la necesidad de empezar a leer.
Los otorrinolaringólogos se hicieron famosos pretendiendo resolver el problema, los oculistas empezaron a tener más trabajo tratando de afinar un sentido, las librerías estaban más llenas y los escritores daban gracias que por fin les hacían caso aunque no era el modo en que la gente se acercara a la lectura. Los bares y los antros se veían vacíos las personas se mudaban a los cafés.
Este fue un acontecimiento que había marcado a la humanidad fue una lección en la que se aprendió a escuchar atreves de los ojos, pero no del todo porque aun no se hacía nada para cambiar el viejo sistema. Creemos en todo lo que nos dicen sin cuestionar nada, las televisoras siguen manejando nuestra manera de pensar ponen en los noticieros lo que ellos quieren manipulan la información ocultando la realidad. Los políticos hacen promesas y mas promesa y no aprendemos; dicen que el país mejora pero su casa ni su familia es el pueblo, solo es un selecto grupo privilegiado por la corrupción, los curas siguen hablando de moralidad ocultándose es sus hábitos mientras un par de monjas o un monaguillo lo esperan en su alcoba, observamos cómo está la situación ecológica y seguimos contaminando, vemos como se desmorona nuestro entorno y no hacemos nada. Solo porque alguien que sale en la televisión nos dice que estamos mejor que antes le creemos a pesar que sabemos que es falso, si alguien nos dice que tal objeto o comportamiento está de moda lo seguimos, nos dejamos influenciar por otras personas y tales obtienen un poder que le cedemos al dejarlo orientando nuestro estilo de vida.
Podrán endulzarnos nuestros oídos pero no saciaran nuestra hambre. Si no somos ciegos ni sordos porque no querremos darnos cuenta de la realidad ¿Entonces que somos? ¿Cuándo aprenderemos a leer lo que no dicen los periódicos? Dejemos la ingenuidad por un lado para empezar a crear nuestras propias conclusiones, ya es hora de abrir completamente los ojos y quitarnos la venda del conformismo.
¿Acaso hay que destrozarles el oído para que aprendan a oír con los ojos?
Un estruendo proveniente del centro de la tierra aturdió a todo el planeta al grado de que cegó los oídos de los hombres. La población tuvo que aprender a escuchar atreves de los ojos como en alguna ocasión el gran Zaratustra se cuestiona ¿cuándo pasara? Este suceso solo se compara con el diluvio, el ensayo sobre la ceguera, entre otros.
El gran ruido turbio momentáneamente el descanso de la población que dormía en Europa estos hicieron caso omiso, siguieron recostados sobre sus almohadas, en América se vio interrumpido el tráfico vehicular, los conductores seguían con su destino provocando accidentes fatales desconocían lo que realmente pasaba. Las personas cruzaban las calles sin fijarse hacia los lados y los automovilistas sonaban su claxon mientras atropellaban a los despistados. Tan solo pensemos que pasaría si el mundo ya no volviera a escuchar ningún sonido.
Los falsos profetas tomaron esta ocasión para proclamar que era un castigo divino, los intelectuales buscaban una explicación científica, los ecologistas señalaban que el suceso era una reacción de la gran contaminación pero el gran problema es que nadie los podía escuchar y nadie los escuchaban cuando podían ¡Qué ironía! El suceso había hecho eco en las conciencia de algunas personas que buscaban una explicación, se tardaron algunos días para que los noticieros empezaron a darle oportunidad a los reporteros gráficos, la meca del cine empezaba a subtitular todas sus películas y de esta manera poco a poco iban resolviendo algunos problemas.
Ahora las personas tenían más cuidado cuando cruzaban las calles se fijaban en todo momento lo que estaba pasando, modificaron algunos de sus hábitos pero ya nada era igual, el lenguaje universal de la música ya no se disfrutaba, los mimos eran las personas que más se adaptaban a la sociedad, parte de la población empezaba a tomar clases de mímica, se veía a gente con pizarrones chicos por la calles para expresar lo que sentían, todos tuvieron la necesidad de empezar a leer.
Los otorrinolaringólogos se hicieron famosos pretendiendo resolver el problema, los oculistas empezaron a tener más trabajo tratando de afinar un sentido, las librerías estaban más llenas y los escritores daban gracias que por fin les hacían caso aunque no era el modo en que la gente se acercara a la lectura. Los bares y los antros se veían vacíos las personas se mudaban a los cafés.
Este fue un acontecimiento que había marcado a la humanidad fue una lección en la que se aprendió a escuchar atreves de los ojos, pero no del todo porque aun no se hacía nada para cambiar el viejo sistema. Creemos en todo lo que nos dicen sin cuestionar nada, las televisoras siguen manejando nuestra manera de pensar ponen en los noticieros lo que ellos quieren manipulan la información ocultando la realidad. Los políticos hacen promesas y mas promesa y no aprendemos; dicen que el país mejora pero su casa ni su familia es el pueblo, solo es un selecto grupo privilegiado por la corrupción, los curas siguen hablando de moralidad ocultándose es sus hábitos mientras un par de monjas o un monaguillo lo esperan en su alcoba, observamos cómo está la situación ecológica y seguimos contaminando, vemos como se desmorona nuestro entorno y no hacemos nada. Solo porque alguien que sale en la televisión nos dice que estamos mejor que antes le creemos a pesar que sabemos que es falso, si alguien nos dice que tal objeto o comportamiento está de moda lo seguimos, nos dejamos influenciar por otras personas y tales obtienen un poder que le cedemos al dejarlo orientando nuestro estilo de vida.
Podrán endulzarnos nuestros oídos pero no saciaran nuestra hambre. Si no somos ciegos ni sordos porque no querremos darnos cuenta de la realidad ¿Entonces que somos? ¿Cuándo aprenderemos a leer lo que no dicen los periódicos? Dejemos la ingenuidad por un lado para empezar a crear nuestras propias conclusiones, ya es hora de abrir completamente los ojos y quitarnos la venda del conformismo.
¿Acaso hay que destrozarles el oído para que aprendan a oír con los ojos?
Así hablaba Zaratustra. Frederick Nietzsche
Por: Benoni Piedras Escobar.
Por: Benoni Piedras Escobar.
1 comentario:
Bien, me gusto este artículo. Sigue escribiendo mi estimado Benoni. Sólo así seremos escuchados con los ojos.
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