miércoles, 21 de abril de 2010

EDITORIAL

Escribir es un ejercicio difícil (para muchos) per se. Perdidos en la cotidianidad donde la eficiencia y el éxito trazan el actuar del grosor de la población, es complicado dejar espacio para los momentos de reflexión, meditar se ha convertido en una pérdida de tiempo para el sistema, es más, ni siquiera el disfrute de los sentidos en su máxima expresión abundan y las drogas no son usadas para encontrarse con uno mismo sino por el contrario se buscan para perderse en el abismo. Entonces ¿Cómo escribir si hemos dejado de vivir? ¿Cómo escribir si nuestra propia biografía se asemeja más a una bitácora que a un poema? ¿Por qué escribir si le hemos dado vuelta a ese segmento vertical delimitado por la desesperación y la realización convirtiéndolo en uno horizontal llamado fracaso-éxito?

No sé “cómo” ni sé “por qué” sino solo “para qué”. Escribir para ser libres. Recorrer el camino que va de la enajenación a la libertad, como cualquier metamorfosis, puede ser doloroso. Preguntémosle a una mariposa si no estuvo a punto de desistir cuando en vida no era ni oruga ni butterfly . No iniciar el trayecto sería una cobardía individual, puesto que somos conscientes de la catástrofe social, no hacerlo en una sociedad que está a punto de colapsarse sería implicar a los demás en ese acto irresponsable.

¿Por qué escribir nos ayudará a ser libres? Porque la pluma deslizada sobre el papel derriba una de las barreras que nos impiden serlo: la falta de convicciones. La mayoría de los estudiantes no tenemos convicciones, apenas somos capaces de formular una que otra opinión (convicciones hipócritas). Escribir implica confrontarnos con nosotros mismos para convencernos del papel que debemos jugar en una realidad, expresarnos en la totalidad de nuestro ser, contar la danza donde Eros y Psique hacen el amor, darle voz a la sangre que va del corazón hacia el cerebro.

¿Por qué escribir en el periódico mural libre nos ayudará a ser libres? Si el periódico mural no es libre, si se exigen fondos y formas entonces no podemos gozar de la espontaneidad (otra característica de la libertad) y estaríamos errando de camino. Si mis padres en esencia no son honestos difícilmente seré honesto, si provengo de la pobreza difícilmente seré rico, las islas de Dubai al ser construidas sobre bases endebles no tardarán en ser más que lodo. Si el periódico mural no es libre ¿Cómo yo en un acto, como escribir, que proviene de lo más profundo de mí ser y que es el medio para expresar mis convicciones seré libre?

Tan de sobra está que no merece ni un párrafo hacer explícito que esto es una invitación para que se animen a escribir. El periódico mural nos ayudará a ser libres porque el periódico mural es libre.

1 comentario:

Ana dijo...

yo pienso q esta editorial
es la onda fito la neta t la rifaste