jueves, 19 de febrero de 2009

Los otros movimientos sociales

Pensaba explicar las diferencias entre movimientos sociales y comportamiento colectivo y mostrar porque el EZLN nunca fue un comportamiento colectivo ni aún el 17 de noviembre de 1983 cuando 6 compañeros llegaron al río Negro y establecieron el primer campamento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional; sino un movimiento social que se reafirma a diario. También pensaba hablar un poco sobre la otra campaña, y sobre el “otro” u “otra”, esa palabra que anteponen la mayor parte de los fans del EZLN de manera indiscriminada y que por momentos se convierte en un sintagma preposicional, cliché instantáneo provocado por la persuasión del Sub Marcos.

Les quiero hablar sobre los otros caminos: otros movimientos sociales… como dicen los compas Zapatistas.


Pareciese que eso de los movimientos sociales eran cosas de los años 70, 80, cuando estaban de moda los pantalones acampanados y frases como: “la imaginación al poder”, pareciese que los movimientos sociales actuales no son otra cosa que revoltosos, algo así les dicen en la tele.


Pero, entonces quiénes son los integrantes y simpatizantes de la APPO, la banda de San Salvador Atenco, los habitantes de Temacapulín, los afectados del río Santiago…

Son gente organizada, con propósitos y orientados a una meta estructurada. Son los otros movimientos, muy lejos de organizaciones transitorias como la de los nuevos partidos que cambian de nombre cada que hay elecciones porque no alcanzaron el registro o de los que aparecen en las pantallas de las grandes cadenas televisivas.


Estos otros movimientos sociales configuran los otros caminos, puertas abiertas en un mundo sin oportunidades para los de abajo, en un país que discrimina a los que piensan diferente, que encarcela a los justos y mata a sus hijos. Son caminos donde se identifica la banda y más y más banda se adhiere, porque esa es la opción, porque nunca fue tolerancia sino opresión, humillación otros como beneficiarios pasivos que en cualquier momento se adhieren sin interpretar a las adherencias como registro del IFE. Las motivaciones son un mal gobierno que sólo ofrece miseria, un gobierno que se despedaza, se contradice, y entre todo eso surge una esperanza, entre ellas la otra campaña que le dice a la banda –aquí estamos somos muchos y no estamos solos-- donde la frase “la otra” se interpreta como un cambio distinto, y “todos somos Atenco” como un grito digno, de rabia.


Por: Juliàn Atilano Morales.

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