jueves, 19 de febrero de 2009

UNA FEMENINA Y DIGNA RABIA


Por: Marion Michelle Fryer Esqueda


Por petición de la señora Alfonsina Puritana, he incluido en mi artículo ésta carta, que muy amablemente me hizo llegar:


Queridas amigas,


Entre tantos artículos tan revoltosos e incitadores a las malas costumbres, me vi en la imperante necesidad de recordarnos a todas nosotras, la forma apropiada en la que deben comportarse las damas en sociedad. Es necesario que retomemos el camino correcto, las buenas costumbres. Rectifiquen niñas.


A continuación les dejo un valioso listado de reglas básicas que las conducirán a ser “una mujer ejemplar”:


Antes que nada, lo más importante; se tiene que aprender a plancharse el orgullo, a barrer con toda voluntad propia, a lavarse los deseos y a freírse las ilusiones. Olvídense de sus sueños y todas esas patrañas. Hay que dedicarse en cuerpo y alma a nuestro hombre y nuestro hogar. Tu lugar es en tu casa.
Hay que dominar el arte de la abnegación y la docilidad. De lo contrario, nunca encontrarás marido. Los hombres no quieren lidiar con sus mujeres, quieren una esposa que los obedezca y complazca sin chistar.
Hablar poco y nunca caer en temas muy profundos. A los hombres les asusta una mujer inteligente. Preocúpate mejor por estar siempre linda y calladita. Lo importante es saber decir “si señor” o “si mi amor” acompañado de una linda sonrisa.
¡Practica estos tres puntos iniciales con frecuencia y pronto verás resultados! Con cariño,

Alfonsina Puritana


¡¿Qué Quééééééééé?!


Si esto es ser una mujer ideal, perdóneme doña Alfonsina, pero prefiero mil veces quedarme solterona. Jajaja


Si, quizá el texto anterior puede parecerte un poco exagerado, pero si lo piensas un poco, no dista mucho de la realidad. Por siglos y siglos, las mujeres siempre hemos sido relegadas a segundo término. Como seres inferiores, secundarios, incapaces, torpes. Es parte del inconciente colectivo, tanto en hombres como en mujeres. Es cierto que hay muchísimos hombre que aún piensan que hay que voltear a ver a la mujer hacia abajo, pero es cierto también que muchísimas mujeres todavía no reconocemos nuestra fuerza, nuestra importancia y seguimos negándonos a romper con el rol histórico que se nos ha impuesto.


Durante nuestro viaje al Primer Festival Mundial de la Digna Rabia, vi con asombro y con orgullo el trabajo que hacen día a día las mujeres en las comunidades zapatistas. Mujeres indígenas que se han empoderado, que han decidido alzar su voz para que sean escuchadas, y lo están logrando. Es extraordinariamente inspirador ver a estas mujeres participando en todos los niveles de la organización. Pude constatar que dentro del pensamiento zapatista, la igualdad entre mujeres y hombres es indispensable, y esta igualdad se promueve día a día.


En su discurso, la Comandanta Hortensia hablaba de cómo en las comunidades zapatistas las mujeres han sido por fin tomadas en cuenta. Cómo al fin se les ha dado nombre, vida y rostro a las mujeres indígenas. Mujeres que quizá tienen la cara cubierta, pero su rostro y su voz han salido a la luz. Las compañeras indígenas, que además de ser discriminadas por ser mujeres, son marginadas por ser indígenas. Han sufrido desde siempre la explotación, el desprecio, la humillación y sobre todo el OLVIDO. En palabras de la Comandanta, el ser parte del EZLN ha sido un “nacer de nuevo” que les ha dado “luz, esperanza y vida” y se esfuerzan día a día, estando en pie de lucha para que florezca lo que tanto han esperado.



Las mujeres zapatistas se involucran en las asambleas donde eligen a sus autoridades, en las juntas de buen gobierno, las comisarías ejidales y en los comités de educación y salud. Se han organizado para trabajar en colectivos, panaderías, crías de animales, artesanías, atender hortalizas para consumo colectivo. Son promotoras de salud y educación autónomas. Prestan servicios gratuitos a beneficio de sus comunidades. Rescatan y aprenden sobre el uso de plantas medicinales como formas de preservar el legado de sus ancestros. Se desempeñan como parteras y hueseras. Fungen como Coordinadoras Generales de los niveles de trabajo en salud y educación. Son operadoras de radio de comunicación y locutoras de radio FM, hay fotógrafas y camarógrafas; son milicianas insurgentes y forman parte de los mando militares en el EZLN.

Ha sido una transformación muy importante en sus comunidades, poco a poco han comenzado a cambiar su forma de pensar. “Es la hora de ejercer y hacer valer nuestros derechos, sólo se necesita tener voluntad, decisión fuerza y rebeldía y no necesitamos pedirle permiso a nadie”.

Las palabras de la Comandanta Hortensia y la labor que llevan acabo las zapatistas conmovieron mi mente, mi corazón y mi espíritu. “Llamamos a todas la mujeres de México y el mundo a unir nuestras fuerzas, nuestras voz, nuestra rebeldía y nuestra rabia. A que luchemos por nuestros derechos, autonomía y por construir un mundo donde podamos caber todos”.


Al final del día, sólo podía brindarles mi más profunda admiración y respeto a las compañeras. Mujeres que con su ejemplo nos invitan a todos a luchar por algo mejor y a saber que es posible, a no resignarnos, a ser mujeres rebeldes para reconocer nuestra importancia, nuestro valor, nuestra fuerza, a ser mujeres con rabia, no en el sentido de sentir odio hacia los demás, sino a tener dentro de nosotros la inconformidad constante ante las injusticias y a mantener encendida la llama creadora de un mundo mejor para tod@s.


¡Aplaudo a todos aquellos hombres que ya han reconocido el valor y la belleza que existe dentro de cada mujer!


¡Viva la femenina y digna rabia, juntas podemos más!


¡Hombres y mujeres por igual en la construcción de una comunidad, de una nación y de un mundo incluyente y plural, un mundo para tod@s!

No hay comentarios: