El antidesarrollo y la dependencia económica a través de la reforma petrolera
María Elena García Trujillo
María Elena García Trujillo
Muchas son las lecturas que pueden fundamentar el surgimiento de la reforma petrolera dada a conocer por el dirigente del ejecutivo nacional Felipe Calderón. Podemos pensar en ella como una táctica antidesarrollista y de auto-sabotaje estructurada por los grandes capitales nacionales e internacionales o bien, como el salvamento de la crisis económica que aqueja a Estados Unidos.
En primera instancia, Petróleos Mexicanos (PEMEX) como empresa petrolera genera grandes utilidades antes de impuestos. Para el 31 de marzo de 2008 el estado de resultados de la paraestatal arrojaba ventas por encima de los $30,000 millones de dólares y rendimientos antes de impuestos que oscilaban entre los $19,200 millones de dólares, sin embargo, la utilidad neta (rendimientos después de impuestos) fue de tan solo 305 millones, es decir, los impuestos fueron de alrededor $18,900 millones de dólares[1].
Ahora bien, podemos darnos cuenta que el problema de PEMEX no reside en la INEFICIENCIA de la empresa o en la rentabilidad del negocio, sino en la extracción indiscriminada de los rendimientos por parte del gobierno -alrededor del 98% de sus utilidades se utilizan para pagar impuestos-, no obstante a los ojos de la sociedad este hecho no resulta totalmente inconveniente por que se esperaría que estos recursos se utilizarán en el mejoramiento de los servicios públicos. Sin embargo, el diferencial entre la utilidad bruta y los impuestos en la mayoría de las ocasiones es insuficiente para hacer frente a incidencias estocásticas relacionadas con la innovación tecnológica y surgidas de un aumento de la demanda de los energéticos o de una gradual y constante escalada de precios del petróleo debido a su escasez. Es decir, no se puede modernizar la infraestructura que soporta a la industria petrolera cuando no se cuenta con los recursos y las capacidades necesarias para producir o adquirir la tecnología necesaria que se utilizaría en la extracción del petróleo en “las aguas profundas”, por ejemplo.
En este sentido, como no contamos con la tecnología nacional suficiente para llevar a cabo las exploraciones en nuevos yacimientos en el Golfo de México, la reforma petrolera pone sobre la mesa la posibilidad de contratar “a empresas especializadas para la construcción y operación de nuevas refinerías por cuenta de PEMEX”[2] lo que determina y delimita el progreso de la paraestatal a la acción de organizaciones privadas y al arrendamiento del know how por un periodo establecido contractualmente. Es decir, la exposición de la necesidad de contratar a terceros para realizar actividades como la refinación y la extracción del petróleo motivan la dependencia de tecnologías internacionales, lo que a su vez propicia las “condiciones para una atrofia irreprimida y rápida de las capacidades productivas y empresariales”[3] o bien, antidesarrollo económico.
Al respecto, Boltvinik(2008) establece que la reforma petrolera solo incentivará la indeterminación de las fuerzas esenciales humanas (capacidades y necesidades) debido a que lo más probable es que la ingeniería nacional no participe de los proyectos generados por la reforma, lo que producirá la atrofia de las capacidades inherentes a la generación, adaptación y asimilación de las tecnologías y por lo tanto de aquellas que confieren a la utilización, organización y gestión de dichas tecnologías. Establece pues, que la autodeterminación, el aprender a hacer con lo que se tiene y la desobediencia al orden externo propician la independencia, la eficacia, la creación y por lo tanto el desarrollo económico.
Es por ello que considera que la reforma petrolera además de ser inconstitucional (viola el artículo 27) se conforma por elementos que son totalmente contradictorios a los supuestos objetivos que persigue como “un crecimiento económico más vigoroso y avanzar más rápidamente en la reducción de la pobreza y en la construcción de la infraestructura que eleve la competitividad del país”[4].
Otra de las lecturas que podríamos darle al surgimiento de la reforma petrolera descansa sobre la crisis económica de Estados Unidos y sobre el aumento indiscriminado en los precios del petróleo. Con las elecciones presidenciales estadounidenses casi por suceder, la necesidad de los republicanos –encabezados por George W. Bush- por aumentar su popularidad ha incrementado la importancia de la crisis económica y de la creación de una posible solución buscando neutralizar o eliminar el descontento generalizado de los estadounidenses. De acuerdo con Antonio Gershenson[5], la reforma petrolera busca generar la pauta para extender la explotación de las reservas reales del país en el corto plazo, lo que contribuiría a la existencia de mayor producción de petróleo y por lo tanto impulsaría los precios del petróleo a la baja. La explicación de este fenómeno descansa sobre la presión que significa la crisis económica en EE.UU generada en gran parte por el incremento en los precios del petróleo, y por la tendencia que tienen los países exportadores de este energético hacia la disminución gradual de sus exportaciones. Además de que el proyecto de exploración y extracción de petróleo en aguas profundas no generará rendimientos o producción en el corto plazo. Se concluye, pues –en esta visión- que la reforma petrolera solo es una distracción que se utiliza para cubrir lo que realmente se esta buscando: sobreexplotar las reservas reales.
En suma, la reforma petrolera presentada por el gobierno en turno -que se distingue por manejarse bajo los preceptos del neoliberalismo- expone las condiciones necesarias y suficientes para garantizar la dependencia del sector energético del país hacia las organizaciones privadas implicadas, para fortalecer el contratismo que genera beneficios multimillonarios, para limitar y desaparecer las capacidades productivas y empresariales nacionales y por último, para conservar un país sumido en el subdesarrollo.
[1] Datos tomados del Reporte de resultados financieros en: http://www.pemex.com/files/content/dcf_rr_0803_e.pdf
[2] Resumen de la iniciativa de reforma petrolera en: http://www.pemex.com/index.cfm?action=content§ionID=135&catID=11784
[3] BOLTVINIK, Julio (2008) Economía Moral en: La Jornada en línea: http://www.jornada.unam.mx/2008/04/18/index.php?section=economia&article=031o1eco
[4] Resumen de la iniciativa de reforma petrolera en: http://www.pemex.com/index.cfm?action=content§ionID=135&catID=11784
[5] GERSHENSON, Antonio(2008) “El mercado mundial y la “reforma” petrolera” en: La Jornada en línea: http://www.jornada.unam.mx/2008/05/04/index.php?section=opinion&article=016a2pol
En primera instancia, Petróleos Mexicanos (PEMEX) como empresa petrolera genera grandes utilidades antes de impuestos. Para el 31 de marzo de 2008 el estado de resultados de la paraestatal arrojaba ventas por encima de los $30,000 millones de dólares y rendimientos antes de impuestos que oscilaban entre los $19,200 millones de dólares, sin embargo, la utilidad neta (rendimientos después de impuestos) fue de tan solo 305 millones, es decir, los impuestos fueron de alrededor $18,900 millones de dólares[1].
Ahora bien, podemos darnos cuenta que el problema de PEMEX no reside en la INEFICIENCIA de la empresa o en la rentabilidad del negocio, sino en la extracción indiscriminada de los rendimientos por parte del gobierno -alrededor del 98% de sus utilidades se utilizan para pagar impuestos-, no obstante a los ojos de la sociedad este hecho no resulta totalmente inconveniente por que se esperaría que estos recursos se utilizarán en el mejoramiento de los servicios públicos. Sin embargo, el diferencial entre la utilidad bruta y los impuestos en la mayoría de las ocasiones es insuficiente para hacer frente a incidencias estocásticas relacionadas con la innovación tecnológica y surgidas de un aumento de la demanda de los energéticos o de una gradual y constante escalada de precios del petróleo debido a su escasez. Es decir, no se puede modernizar la infraestructura que soporta a la industria petrolera cuando no se cuenta con los recursos y las capacidades necesarias para producir o adquirir la tecnología necesaria que se utilizaría en la extracción del petróleo en “las aguas profundas”, por ejemplo.
En este sentido, como no contamos con la tecnología nacional suficiente para llevar a cabo las exploraciones en nuevos yacimientos en el Golfo de México, la reforma petrolera pone sobre la mesa la posibilidad de contratar “a empresas especializadas para la construcción y operación de nuevas refinerías por cuenta de PEMEX”[2] lo que determina y delimita el progreso de la paraestatal a la acción de organizaciones privadas y al arrendamiento del know how por un periodo establecido contractualmente. Es decir, la exposición de la necesidad de contratar a terceros para realizar actividades como la refinación y la extracción del petróleo motivan la dependencia de tecnologías internacionales, lo que a su vez propicia las “condiciones para una atrofia irreprimida y rápida de las capacidades productivas y empresariales”[3] o bien, antidesarrollo económico.
Al respecto, Boltvinik(2008) establece que la reforma petrolera solo incentivará la indeterminación de las fuerzas esenciales humanas (capacidades y necesidades) debido a que lo más probable es que la ingeniería nacional no participe de los proyectos generados por la reforma, lo que producirá la atrofia de las capacidades inherentes a la generación, adaptación y asimilación de las tecnologías y por lo tanto de aquellas que confieren a la utilización, organización y gestión de dichas tecnologías. Establece pues, que la autodeterminación, el aprender a hacer con lo que se tiene y la desobediencia al orden externo propician la independencia, la eficacia, la creación y por lo tanto el desarrollo económico.
Es por ello que considera que la reforma petrolera además de ser inconstitucional (viola el artículo 27) se conforma por elementos que son totalmente contradictorios a los supuestos objetivos que persigue como “un crecimiento económico más vigoroso y avanzar más rápidamente en la reducción de la pobreza y en la construcción de la infraestructura que eleve la competitividad del país”[4].
Otra de las lecturas que podríamos darle al surgimiento de la reforma petrolera descansa sobre la crisis económica de Estados Unidos y sobre el aumento indiscriminado en los precios del petróleo. Con las elecciones presidenciales estadounidenses casi por suceder, la necesidad de los republicanos –encabezados por George W. Bush- por aumentar su popularidad ha incrementado la importancia de la crisis económica y de la creación de una posible solución buscando neutralizar o eliminar el descontento generalizado de los estadounidenses. De acuerdo con Antonio Gershenson[5], la reforma petrolera busca generar la pauta para extender la explotación de las reservas reales del país en el corto plazo, lo que contribuiría a la existencia de mayor producción de petróleo y por lo tanto impulsaría los precios del petróleo a la baja. La explicación de este fenómeno descansa sobre la presión que significa la crisis económica en EE.UU generada en gran parte por el incremento en los precios del petróleo, y por la tendencia que tienen los países exportadores de este energético hacia la disminución gradual de sus exportaciones. Además de que el proyecto de exploración y extracción de petróleo en aguas profundas no generará rendimientos o producción en el corto plazo. Se concluye, pues –en esta visión- que la reforma petrolera solo es una distracción que se utiliza para cubrir lo que realmente se esta buscando: sobreexplotar las reservas reales.
En suma, la reforma petrolera presentada por el gobierno en turno -que se distingue por manejarse bajo los preceptos del neoliberalismo- expone las condiciones necesarias y suficientes para garantizar la dependencia del sector energético del país hacia las organizaciones privadas implicadas, para fortalecer el contratismo que genera beneficios multimillonarios, para limitar y desaparecer las capacidades productivas y empresariales nacionales y por último, para conservar un país sumido en el subdesarrollo.
[1] Datos tomados del Reporte de resultados financieros en: http://www.pemex.com/files/content/dcf_rr_0803_e.pdf
[2] Resumen de la iniciativa de reforma petrolera en: http://www.pemex.com/index.cfm?action=content§ionID=135&catID=11784
[3] BOLTVINIK, Julio (2008) Economía Moral en: La Jornada en línea: http://www.jornada.unam.mx/2008/04/18/index.php?section=economia&article=031o1eco
[4] Resumen de la iniciativa de reforma petrolera en: http://www.pemex.com/index.cfm?action=content§ionID=135&catID=11784
[5] GERSHENSON, Antonio(2008) “El mercado mundial y la “reforma” petrolera” en: La Jornada en línea: http://www.jornada.unam.mx/2008/05/04/index.php?section=opinion&article=016a2pol
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