A: Jaime Sabines
Lento, Amargo Animal, así se define. Se cree un poeta decente o simplemente un poeta, pero al llegar a su casa se da cuenta que no es un simple poeta, es el poeta de México, el francotirador de las letras lo llamó Fernández Retamar.
Su poesía es adictiva, quien lo lee por primera vez, no lo deja, lo recomienda, lo dedica, lo memoriza y lo recita.
Leo y releo su prosa, su poesía es él, sólo así puedo entender que es el amor, sólo leyéndolo puedo explicar lo que es la angustia, el desasosiego, la furia, la euforia, la muerte y puedo llorar de todo y puedo reírme de todo.
Sus poemas tienen dedicatoria, quien gusta de la poesía, la memoriza, y se la encuentra en el momento menos oportuno, le ayuda a resolver problemas, así lo dijo Carlos Pellicer, lo cree Carlos Monsiváis, así lo entiendo.
He escuchado tantas cosas de su obra, muchas de ellas son ideas de moda, frases realizadas por pequeños círculos, la mayoría seudo conocedores de las letras, que repiten que su poesía es mala porque es sencilla, “un poeta para los que no gustan de la buena poesía”.
No aceptan tener el mismo gusto que la mayoría, gusto del que sólo sabe de poesía por y de Jaime Sabines.
José Emilio Pacheco también conoce esos círculos y les dice: la sencillez no es falta de artificio. Es más difícil ser claro que oscuro.
Me parece que son muy injustos; me da profundo gusto que la poesía llegue a más y más personas, ¿cómo lo logra? Acerca de esto el poeta José Emilio Pacheco dice: Todos quisiéramos hacer buenos poemas y encontrar lectores. Sabines lo logró, ¿por qué? Al talento individual no lo podemos explicar ni por la psicología ni por las circunstancias. ¿De qué depende? Quién sabe.
Su vida se plasma en sus poemas: Tarumba, la tía Chofi, Julito su hijo, la madre y el mayor Sabines su padre, sus mascotas, sus lugares, sus pesares y sus gustos más secretos.
Es un poeta consagrado, después de 10 años de muerto su pesia se sigue traduciendo, editado cada año, homenajes pos mortem.
Él no ha muerto, vive en cada enamorado, en las calles, en los aromas, en los sonidos y en la noche.
Más que un poeta es mi amigo, compañero de viajes y pesares, consejero de poemas y de frases. Nos conocimos hace varios años, pero hace 4 me lo encontré en una librería, desde ese entonces no lo he soltado. A Daniela mi novia, le he dedico algunos poemas, hay otros impacientes que aguardan el día que abra una página al azar y sea el poema que estábamos esperando.
(Daniela me hace sentir frases de mi amigo).
No quiero convencer a nadie de nada.
Por: Julián Atilano Morales.
Su poesía es adictiva, quien lo lee por primera vez, no lo deja, lo recomienda, lo dedica, lo memoriza y lo recita.
Leo y releo su prosa, su poesía es él, sólo así puedo entender que es el amor, sólo leyéndolo puedo explicar lo que es la angustia, el desasosiego, la furia, la euforia, la muerte y puedo llorar de todo y puedo reírme de todo.
Sus poemas tienen dedicatoria, quien gusta de la poesía, la memoriza, y se la encuentra en el momento menos oportuno, le ayuda a resolver problemas, así lo dijo Carlos Pellicer, lo cree Carlos Monsiváis, así lo entiendo.
He escuchado tantas cosas de su obra, muchas de ellas son ideas de moda, frases realizadas por pequeños círculos, la mayoría seudo conocedores de las letras, que repiten que su poesía es mala porque es sencilla, “un poeta para los que no gustan de la buena poesía”.
No aceptan tener el mismo gusto que la mayoría, gusto del que sólo sabe de poesía por y de Jaime Sabines.
José Emilio Pacheco también conoce esos círculos y les dice: la sencillez no es falta de artificio. Es más difícil ser claro que oscuro.
Me parece que son muy injustos; me da profundo gusto que la poesía llegue a más y más personas, ¿cómo lo logra? Acerca de esto el poeta José Emilio Pacheco dice: Todos quisiéramos hacer buenos poemas y encontrar lectores. Sabines lo logró, ¿por qué? Al talento individual no lo podemos explicar ni por la psicología ni por las circunstancias. ¿De qué depende? Quién sabe.
Su vida se plasma en sus poemas: Tarumba, la tía Chofi, Julito su hijo, la madre y el mayor Sabines su padre, sus mascotas, sus lugares, sus pesares y sus gustos más secretos.
Es un poeta consagrado, después de 10 años de muerto su pesia se sigue traduciendo, editado cada año, homenajes pos mortem.
Él no ha muerto, vive en cada enamorado, en las calles, en los aromas, en los sonidos y en la noche.
Más que un poeta es mi amigo, compañero de viajes y pesares, consejero de poemas y de frases. Nos conocimos hace varios años, pero hace 4 me lo encontré en una librería, desde ese entonces no lo he soltado. A Daniela mi novia, le he dedico algunos poemas, hay otros impacientes que aguardan el día que abra una página al azar y sea el poema que estábamos esperando.
(Daniela me hace sentir frases de mi amigo).
No quiero convencer a nadie de nada.
Por: Julián Atilano Morales.
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